El 8 de mayo Sudáfrica acude a las urnas para elegir a su nuevo (o no tan nuevo) presidente. Una cifra récord de casi 27 millones de sudafricanos están inscritos para votar.
Todo apunta que quien jure cargo el próximo 25 de mayo sea el actual presidente, Cyril Ramaphosa. La última encuesta divulgada antes de la votación, la del Instituto Sudafricano de Relaciones Raciales (IRR), le daba la victoria al gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) con entre el 50% y el 54% de los votos. Por lo que Ramaphosa no tendría problema para gobernar otros cinco años, pero para la que fuese la formación de Mandela serían 10 puntos menos que en los comicios de 2014.
Candidatos
En masculino. Porque todos los principales candidatos son hombres (negros).
Ramaphosa tomó las riendas del país en 2018, tras la dimisión de Jacob Zuma acosado por la corrupción, aunque realmente ya había sido elegido líder del CNA el año anterior Como todos sus antecesores, fue un activista antiapartheid y tiene el reto de conseguir que el partido, que cuenta con un férreo apoyo de base pero que se ha visto lastrado por la corrupción y no haber cumplido ciertas promesas, no baje del 60% el miércoles. "Ramaphosa necesita un CNA unido para conseguir su agenda y no lo tiene", dice a Reuters un veterano del partido que dice que más que de otros partidos, los rivales los tiene en su casa.
Aunque parece una carrera ganada antes del pistoletazo, hay dos nombres que intentarán aprovecharse del descontento popular para conseguir algún voto.
Mmusi Maimane, (el de la izquierda) de la liberal Alianza Democrática (AD) y Julius Malema (el de la derecha) desde la extrema izquierda.
El AD se asocia normalmente al voto blanco y obtuvo algo más del 20% en las últimas generales de 2014; lejos del 62% del CNA.
En el otro polo, Malema fundó en 2013 los Luchadores por la Libertad Económica (EFF) tras haber sido expulsado del CNA, y sus salidas de tono populistas y medidas radicales pueden hacer que doble el 6% que consiguió en las elecciones de 2014 y se lleve algún voto descontento del CNA. Aquí lo explica Nerea González.
Retos
Como te contaba el otro día, Sudáfrica es el país más desigual del mundo, según el Banco Mundial. El 10% poseía el 70% de la riqueza del país en 2015, y el 60% de la población, sobre todo racializada, controla tan solo el 7%. La mitad de la población vive con menos de 5 dólares al día.
Además, la repartición de tierras del apartheid, que era básicamente todo para los blancos nada para los negros, sigue planteando problemas 25 años después. Empieza a desarrollarse una clase media alta negra y también hay una élite negra que posee mucha riqueza, pero la verdad es que para la mayoría de la población negra poco o nada ha cambiado en términos de riqueza.
Y por otro lado, el 72% de la tierra cultivable está en manos blancas, cuando solo un 10% de la población es blanca.
La repartición de tierras ha sido una de las promesas del ANC desde los tiempos de Mandela, pero aún sigue sin haber avanzado mucho. El año pasado Ramaphosa impulsó una reforma de la Constitución que permitía la expropiación sin compensación de tierra privada sin usar para dársela a agricultores negros. Trajo muchos debates, polémicas e incluso un tuit de Trump donde decía que había pedido a su Secretario de Estado que estudiase la medida.
La Asablea Nacional aprobó en diciembre comenzar con el borrador de la reforma. Pero cómo se hará finalmente es muy incierto. Este artículo de The Atlantic es interesante.
Como la cosa esta semana va de Sudáfrica, te dejo aquí una de las raperas más emergentes del país, Sho Madjozi.
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