¿Sabías que Etiopía fue el país del mundo con más desplazados internos en 2018?
Es curioso porque ese mismo año en Etiopía fue también el que, desde los medios internacionales, veíamos el despegue democrático del país. De la noche a la mañana dimitió el primer ministro, y tomó el poder Abiy Ahmed, un hombre que se comprometió a reforzar la libertad, acabar con los presos políticos, devolver la pluralidad y comenzar la carrera feminista.
Todo va bien para Abiy menos el problema que tiene con los desplazados.
En 2018 hubo casi tres millones de desplazados. Siria, en comparación, tuvo 1,6 millones y República Democrática del Congo 1,8. Pero el problema no es ese (que lo es), sino cómo este nuevo primer ministro está gestionando esta crisis humanitaria. Básicamente lo que está haciendo es negar los problemas, decirle a los desplazados que todo está bien, que pueden volver a sus casas y que si no quieren, pues nada, que les quema las tiendas donde están alojados. Es lo que está pasando en el sur, en una zona limítrofe entre las regiones de Gedeo y West Guji.
El año pasado en abril miles de centenares de gedeos huyeron del territorio de West Guji, por lo que sería muy fácil nombrar como un conflicto entre etnias, pero que tiene un poso político y de un reclamo de mayor poder en el gobierno federal. Abiy acababa de jurar cargo, y prometía acabar con el puño de hierro que el anterior primer ministro tenía contra todo intento de nacionalismo.
En junio del año pasado hubo un primer intento de desalojo. Se destrozaron los campos de desplazados donde se encontraban los gedeos y les quisieron enviar de vuelta a West Guji. También se expulsó a los organismos humanitarios que estaban dando asistencia. En este artículo se explica el origen del conflicto.
El Gobierno de Abiy ha lanzado un plan de "retorno voluntario", pero las ONG y grupos de derechos humanos creen que de voluntario no tiene nada. El problema es que en sus lugares de origen nadie les garantiza la seguridad, a pesar de que el Gobierno dice que está todo ok. En ese artículo de Reuters, el analista William Davison explica que "el problema es que puede quedar rencores y disputas sobre la tierra y la propiedad si no se hace un trabajo adecuado de valorar la situación para los retornados y asegurar que las relaciones han mejorado".
¿Por qué les echan? Esa es la gran pregunta, y yo, la verdad, es que no te la sé contestar. Hace unos meses hay quienes decían que por omisión, que Abiy no había visitado desde que tomó el poder los campos de desplazados, pero estuvo la semana dando la sensación de que "aquí no ha pasado nada"... Pero la verdad es que las noticias que llegan sobre el terreno son alarmantes.
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