Hay cita electoral en Malaui y me parece una oportunidad perfecta para hablar de un país que no suele copar portadas.
Candidatos
Una vez más, hablamos de candidatos. En masculino. Pero a favor del país te diré que es uno de los (muy) pocos países africanos que ha estado gobernado por una mujer, Joyce Banda, de 2012 a 2014, que asumió el poder cuando Bingu wa Mutharika, el hermano del presidente actual, murió.
Banda volvió al país el año pasado con la intención de presentarse a estas elecciones, pero en un movimiento de última hora decidió dar un paso atrás y retirar su candidatura por un acuerdo de coalición que había firmado su partido con el de Lazarus Chakwera, uno de los principal contrincantes del actual presidente Peter Mutharika.
Las elecciones se presentan ajustadas.
Mutharika cuenta con los medios públicos que le brindan el ser presidente, Chakwera, un expastor evangélico y jefe parlamentario de la oposición, tiene una coalición de partidos detrás y el tercer candidato, Saulos Chilima, exvicepresidente de Mutharika y hombre de negocios, está atrayendo el voto joven, que supone más de la mitad del electorado. Las elecciones se ganan con mayoría simple. Es decir, que cualquiera de ellos podría ganar incluso con un porcentaje de voto muy bajo.
Las propuestas de todos hablan sobre creación de empleo, corrupción y remodelar el sector agrícola. Los analistas dicen que Mutharika conseguirá gran parte de sus votos de las áreas locales gracias a los subsidios agrícolas y los planes de electrificación rural que ha desarrollado en estos 5 años. Pero se puede estrellar contra el muro del voto joven. Su vicepresidente, el más joven de los tres candidatos, está haciendo todo por conquistarlo con vídeos de su mujer cantando hip hop y la promesa de crear un millón de puestos de trabajo para los jóvenes.
La semana pasada comenzaron los rumores sobre el estado de salud del presidente Mutharika, que canceló algún acto electoral. En redes sociales se le llegó incluso a dar por muerto.
Eso forzó que en un mitín tuviera que salir a decir: "¿os parezco un hombre muerto?".
¿Algo que leer? Estas cinco claves que explica la BBC.
Agricultura
Malaui es uno de los países más pequeños del sur de África y está atravesado en casi su totalidad por el lago Malaui, de tal manera que una quinta parte de su territorio es agua incluso cuando no tiene acceso al mar.
La principal actividad del país es la agricultura, en la que trabaja el 80 % de la población, y es uno de los principales países productores de tabaco del mundo. El problema es que el sector se ve muy afectado por las sequías y las inundaciones. Las sequías causadas por El Niño en 2015 y 2016, provocaron estragos en una agricultura de regadío dependiente de la lluvia. De hecho, el país cobró relevancia internacional en este tema con la película "El niño que domó el viento", estrenada en Netflix el pasado marzo y dirigida por el protagonista de "12 años de esclavitud", Chiwetel Ejiofor.
Pero cuando llueve en exceso también hay problemas. El ciclón Idai, que devastó la costa mozambiqueña, primero pasó por Malaui en forma de tormenta tropical y también dejó buena parte inundada.
Los efectos de sequías e inundaciones hace que el país pierda el 1,7 % de su PIB al año, y debido a la falta de alimento y la subida del precio de los bienes básicos, la tasa de pobreza nacional sube casi un 1% anualmente. En este artículo se profundiza en las razones de este problema, que hace al país extremadamente dependiente de la ayuda exterior.
Albinos
Otro de los temas que suele poner a Malaui en portadas son los albinos. Desde 2014, han aumentado los ataques contra albinos, y un informe de la ONU sugiere que éstos aumentan en periodo electoral por la "falsa creencia de que sus partes del cuerpo pueden traer buena suerte y poder político cuando se usan en ritos relacionados con la brujería".
Te dejo dos artículos, uno en español y otro en inglés sobre el tema.
Y, por último, vuelvo al cambio climático y cómo afecta a toda la sociedad. En este caso, cómo hace que suban los matrimonios infantiles.
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